Caminó como si la calle fuera a desaparecer a sus espaldas. Dobló en una esquina, algo oscura, y sobresaltada descubrió en la oscuridad un gato rojizo con la cola algo torcida, que gozaba en la basura de algún restorán de comida rápida.
Sus pasos se hicieron más lentos y su respirar mas calmado, y sin entender muy bien por qué comenzó a reír.
- ¿Por qué vas tan apresurada? – se dijo – no hay nada que temer.
- No hay nada que temer – repitió como queriendo asegurarse.
El frío que la había embargado hace unos minutos se retiraba, y ahora, ya próxima a su casa se sentía tranquila, serena, calma. Llegó minutos más tardes, a lo que le parecía el único lugar seguro, ni rastros de aquel hombre que días anteriores había amenazado con quitarle la vida, luego de que ella ya harta de insultos y malos tratos le diera un ultimátum.
- O te vas, o me voy. Pero juntos ya no seguimos, me aburrí. ¡ME ABURRISTE!
- Ja, ja, ja – aún sentía su risa irónica, hiriente en su oído.
- No te lo vuelvo a repetir, lárgate, no vuelvas a poner un solo pie en esta casa de nuevo, o te juro que… - Le gritó como si quisiese cortarle con sus palabras.
- ¿O que? – dijo él - ¿O que? – Repitió - Antes de que si quiera levantes la mano, yo ya tendría mi cuchillo en tu abdomen. ¿No me crees capaz? , soy capaz de eso y más, así es que no me provoques, negra, que la vida da muchas vueltas. Me voy, pero no creas que te vas a librar de mi, antes de verte con otro te mato.
Recordó aquel último altercado, pero sin darle mayor importancia fue a la cocina, para prepararse un té.
El nunca fue un hombre violento, no al menos en lo que a físico se refiere, pero sus palabras calaron mas hondo que cualquier golpe, la marcaron en su intimidad mas oculta, la atemorizaron por los 7 años que duró su matrimonio, su feliz matrimonio como mas de alguna vez dijo su madre.
Ya con el té en la mano, encendió su computador, aquel viejo artefacto que ya más parecía una antigüedad que un artículo del futuro. Pero para ella funcionaba, solo lo usaba para recibir sus correos, algunos de no tanta importancia, algunos otros de cadenas que ella consideraba estúpidas y eliminaba de inmediato, y otros tantos de trabajo. Leyó pausadamente mientras encendía su cigarro, su fiel compañero como ella decía a su padre, que solía acompañarla de vez en vez con un “puchito”.
Cuando habían pasado ya unos 35 minutos, sintió un ruido en la parte posterior de la casa, la que hacía de lavadero y un extraño ardor, entre picor y frío, recorrió su cuerpo.
- No es nada, tonta – se calmo – fue el viento.
Los sonidos se agudizaron, se aproximaron y espantada dio un salto y casi por inercia corrió al baño. Cerró la puerta con llave y con los ojos muy abiertos, las piernas recogidas sobre el w.c, y los brazos entrelazados, estiró la cabeza para oír mejor. Los pasos, ya claros se acercaban lentamente a la puerta.
- El celular – pensó – ¡por la cresta, deje el celular en el escritorio!
- ¡Negra! , negrita… Ábreme si quiero hablar contigo no más – era él- Estuve pensando y… bueno… discúlpame, amor, si te juro que voy a cambiar.
Ella permanecía muda.
- ¡Ya poh! Negra… Ábreme. – Su voz cambió bruscamente de dulce a brusca - ¡Si no me abres, la abro! ¡No me hagas enojar negrita, que vas a salir mal! - y golpeó con fuerza.
El nudo en la garganta no le permitía espantar a la bestia que hasta hace poco era su marido, las lágrimas brotaban como de una alcantarilla en mal estado brota el agua.
Y la puerta cedió, cayo por poco sobre ella, que como un gato arranca de los colmillos hambrientos de un perro, saltó para aferrarse a la cortina de baño.
- Puta negrita, si te lo advertí – dijo él con voz acongojada – te lo dije – ¿Para que me haces enojar, no ves que es tu culpa que yo me enoje? Todo es tu culpa.
- Todo es mi culpa- repitió ella.
El perfume mágico
- Esencia de Mujer
- Chile
- Aroma a belleza , sutil , sublime , única. La misma esencia que recorre este mundo... Cual flor que inunda todo a su paso, solo para recordarnos la simpleza de las cosas
Escribo , para plasmar mi mente , mi alma , mi esencia... para dejar constancia de lo que soy.
Mujer llorando
jueves, 5 de noviembre de 2009
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Pura realidad... lamentable y dramáticamente... aquí se cumple la sentencia que dice que la realidad supera a la ficción. Esto y más, mucho más, ES LO REAL para millares de mujeres en el planeta. Ojo, que el cambio empieza por casa.
ResponderEliminarVeo que avanza y avanza tu blog, felicitaciones. Llegué a esta entrada por los avisos que aparecen en mi escritorio cuando en alguno de los blogs que sigo se publica una nueva entrada.
Un tremendo abrazo...
Sabes expresar muy bien el dramatismo, y narras a la perfección las escenas.
ResponderEliminarSuerte con esta nueva andadura :-) Tu blog es precioso y tú también. Un besazo
Triste historia, y lo más triste es que es muy real. Bienvenida al mundo blogero, de lo poco que sé, te enseño si quieres. Besos.
ResponderEliminarComenta otra Carmen.
ResponderEliminarMe gusta seguir con mi insignia los blogs que empiezan en el mundo virtual.
Aqui dejo la mia, te leeré con sumo gusto.
Besos.